Introducción

La descripción más antigua que se conoce de la ciudad de Segovia se debe al geógrafo árabe Abu-Abd-Allah Muhamad Al ldris, quien, hacia el ano 1150 escribe este texto: "Segovia no es una ciudad (madinat) sino que esta formada por muchas aldeas (quran), cercanas y tienen los edificios juntos unos con otros... "
Este conjunto de aldeas aún puede distinguirse en torno de la ciudadela amurallada constituyendo las parroquias de los arrabales de cuyo caserío sobresalían los templos de los que han Ilegado hasta nosotros: Santo Tomás, Santa Eulalia, San Clemente, San Justo, El Salvador, San Lorenzo, San Marcos y San Millán. Otras iglesias han desaparecido a lo largo de los siglos por diferentes motivos.
Con ser todas importantes en el conjunto del románico segoviano, es la de San Millán, por dimensiones, calidad de fábrica y elementos ornamentales la que merece ser destacada de tan importante grupo de iglesias. El marqués de Lozoya dijo que podríamos Ilamar a San Millán la "Catedral de los arrabales" de Segovia.
La parroquia de San Millan abarca hoy lo que un día fueron las de Santo Domingo de Silos, Santa Columba y la de San Clemente, además del convento de San Francisco, los Carmelitas Calzados y las iglesias de Sancti Spiritus, Santa Lucía, Hospital de la Encarnación y ermita de San Roque. San Millán, la más hermosa, prevaleció entre todas las demás absorbiendo sus feligresias.

 

Los techos alfarjes originales de San Millan

Las bóvedas barrocas de yeso, que desde 1.668 cubrieron las naves de San Millán, impedían conocer la estructura original del edificio en su totalidad. Sin embargo, en 1929, el arquitecto Cabello Dodero y el Marqués de Lozoya, encuentran los restos de lo que sería una rica techumbre de madera que analizan, publicando las conclusiones de su estudio en el número 1 de la Revista "Universidad y Tierra", boletín de la Universidad Popular Segovia, en 1934.
Posteriormente, varios historiadores han tratado sobre los techos de este templo, como Leopoldo Torres Valvas, Enrique Nuere, etc., todos ellos grandes conocedores de las techumbres medievales de madera, que han resaltado el singular y especial valor que tienen para la Historia de la construcción los restos que tratamos.
El Arquitecto Técnico Municipal, Valero Herrera, llevó a cabo el inventario exhaustivo de estas piezas, que ha permitido determinar que el sistema de cubiertas es de techumbre plana o alfarje y que está compuesto de cinco modelos distintos en la nave central y otros dos en las laterales.
Todas estas piezas se han comparado con las piezas de madera tallada que ha encontrado en un recorrido que inició en Zaragoza, pasando por Córdoba hasta El Cairo (Egipto).
Es en Kairwan (Túnez) en su gran mezquita Alhama, del siglo XI, donde se pueden encontrar piezas talladas con unestilo similar al de la techumbre de San Millán.
Para estudiar la disposición de techos de madera musulmanes del siglo XI y XII, incluso los anteriores de estilo califal y posteriores de estilo Mudéjar, es necesario observar todas y cada una de las piezas de San Millán, cuyos antecedentes inmediatos pensamos debían estar en los palacios de la Aljafería de Zaragoza y de Madinat Al Zahra de Córdoba, pero de los que desgraciadamente no queda ningún resto de madera. Las tablas que restan de los alfarjes de la Gran Mezquita de Córdoba no guardan ninguno de los atauriques que las ornamentaban y lo mismo sucede en la Mezquita de Ibn Tulum de El Cairo.
Al gran trabajo de Herrera, se unen los conocimientos científicos del Profesor de Arte Medieval de la Universidad de Zaragoza, Bernabé Cabanero, y del especialista en Arqueología Islámica del Instituto Arqueológico Alemán, don Christian Ewert, quienes llaman la atención de la gran importancia de esta techumbre, EJEMPLAR ÚNICO de alfarje con decoración tallada y policromada del Islam occidental.

 

Excavaciones en el atrio norte de San Millán

Los datos aportados por las excavaciones efectuadas en el atrio norte de San Millán, nos hablan de la pervivencia de un lugar sacralizado desde el siglo I de nuestra era, documentándose los primeros restos "in situ" de época celtibérica en Segovia.

La tipología de los enterramientos descubiertos es la siguiente:

- Urna cineraria celtibérica, que puede datarse en el siglo I de nuestra era. Actualmente se encuentra en el Museo de Segovia.

- Sarcófago tallado en único bloque de granito, quizá pieza romana o visigoda reaprovechada.

- Tumbas escavadas en el suelo, fechables entre los siglos VII y XIII.

- Tumbas de tipo mozárabe talladas en piedra caliza, correspondientes a los siglos X al XII.

- Tumbas contruidas con lajas de piedra caliza, correspondientes a los siglos XI al XII.

También se encontró un osario perteneciente a distinta épocas.

 

La Virgen de la Piedra

Cuando hay una Virgen románica han surgido siempre tradiciones y leyendas. La iglesia de San Millan, fundada por el hermano del Conde Fernán Gonzalez, se levant6 sobre un santuario primitivo del que son vestigios las numerosas tumbas visigóticas y aún más antiguas existentes en el atrio.
Y cuenta la tradición que por entonces se descubrió un pozo, del que salían resplandores por la noche. Miraron y descubrieron en el fondo una Virgen tallada en piedra, que había sido ocultada cuando la invasión de los árabes.Y los fieles fueron durante siglos a buscar agua del pozo santo, que se hallabapegado a la puerta sur del templo, dentro del atrio, y, cuando descubrieron en 1951 los arcos de éste, cegaron el pozo y quitaron el brocal.
La capilla fue levantada en el siglo XVII, adosada al brazo derecho del crucero del templo y a continuación del atrio, con el cual comunicaba. Tenía forma rectangular, y se cubria con cinco tramos de bobedilla barroca de sección carpanel con lunetos. El pavimento era de baldosa castellana roja, y ante el altar estaban las laúdas sepulcrales de piedra de los fundadores, laúdas que aún permanecen en el sitio como únicos vestigios de la construcción que fue demolida en 1951. En los muros tenía una hermosa colección de lienzos representando escenas de la vida de Jacob, más otros cuatro alusivos al encuentro de la imagen en el pozo.
El retablo era de mediados del siglo XVII, de madera sin dorar y con buena talla barroca, y fue adquirido por el Arzobispo Morcillo para el pueblo madrileno de Colmenar Viejo. Tenia dos cuerpos, y en el centro llevaba la imagen de la Virgen, que estaba vestida. Su cabeza primitiva desapareció, sustituida por otra, y el niño aparecía muy mutilado. En la Catorcena de 1781 fue restaurada la capilla, y en la de 1823 se retocó la imagen.
El Papa Pablo V establecio la Cofradia el 27 de febrero de 1614, y en la bula se habla de una devoción que databa de tiempo inmemorial. Dada la época en que se fundó, tenía asignado desde 1677 el cuarto lugar entre todas las congregaciones de Segovia, y ese puesto ocupaba en las bajadas de la Virgen de la Fuencisla y en otras ceremonias. El Rey Carlos III le concedió algunos privilegios, y de entonces datan sus estatutos. Fue agregada a la Congregación de la Minerva de Roma, y el Papa Pío VI le otorgó algunas gracias.
En las paredes de la capilla habia un exvoto curioso que representaba el alma de un fiel volando al cielo, acabada Una misa a la Virgen que habian ofrecido por su alma.

 

UN INSÓLITO MONUMENTO HERÁLDICO:
EL VIA CRUCIS DEL CERRO DE LA PIEDAD DE SEGOVIA

 

 

 

 

 

 

 

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