Lecturas

El Evangelio del día, la carta de nuestro Obispo, poemas y archivo de la revista "Juntos"

El Evangelio del día

Comentario de nuestro obispo al Evangelio

Sacerdotes felices

3/7/2025

Sacerdotes felices. Así titulaba un congreso al que asistí la semana pasada, durante el jubileo de los seminaristas, sacerdotes y obispos, en Roma. En el discurso que pronunció el papa León XIV como acto central de este congreso, ante cerca de dos mil sacerdotes dedicados a la formación sacerdotal venidos de todo el mundo, nos dijo: «Juntos, queremos dar testimonio de que es posible ser sacerdotes felices, porque Cristo nos ha llamado, Cristo nos ha hecho sus amigos».

 

Estas palabras, sacerdotes felices, nos ayudan a comprender mejor qué quiso decir Jesús en aquella ocasión en la que, abrumado por la inmensa multitud de personas que acudían a él dijo aquello de «la mies es mucha y los obreros pocos, rogad al dueño de la mies que envíe obreros a su mies». Porque corremos el riesgo de leer estas palabras de Jesús desde la angustia. El trabajo es mucho y hay que repartirlo entre pocas manos, por lo que tenemos que buscar más sacerdotes. Y si no hay vocaciones, esto traería aún más desasosiego y pesimismo. Pero una pastoral vocacional que nazca de la angustia será una pastoral vocacional angustiada que generaría vocaciones angustiadas. Ciertamente, el Señor no quería provocar con sus palabras más ansiedad entre nosotros, sino mostrarnos que no es posible fabricar la vocación, sino que hemos de pedirla como un don del Padre.

 

Creo que se puede producir entre nosotros una mentalidad errónea que nos llevaría a ver a la Iglesia como una especie de empresa de servicios, con los sacerdotes como funcionarios que deben dedicarse a cumplir con los servicios religiosos que demandamos: bautizos, bodas, funerales, misas dominicales, fiestas patronales… Tal vez sea una imagen un poco caricaturizada y, ciertamente no creo que muchos de nosotros pensemos así de la Iglesia. Pero si tengo la impresión de que este pensamiento está debajo de algunos de nuestros razonamientos y está relacionado con la ansiedad con la que vivimos la falta de vocaciones sacerdotales. ¿Por qué no vivieron esta zozobra los apóstoles, que eran muchos menos y tenían un mundo mucho mayor sin evangelizar? No veo a san Pablo angustiado por el hecho de que no llegue a atender las decenas de iglesias que está fundando alrededor del litoral mediterráneo, con menos posibilidades de transporte y comunicación que las que disfrutamos hoy. En sus cartas, vemos ciertamente preocupación por la vida de las Iglesias, para que no se separen del Señor, engañados por lobos vestidos de cordero o por aprovechados del anuncio del Evangelio; vemos el deseo ardiente de que el anuncio llegue hasta el fin de la tierra; pasión, pero no angustia por la falta de ministros.

 

El Señor no quiere para sus comunidades sacerdotes angustiados, sino sacerdotes felices. Y el camino para la felicidad en el sacerdocio es el mismo que para la felicidad en el matrimonio, en la soltería, o en cualquier otro modo de vida. El Papa lo desarrolló en tres puntos en el discurso al que hacía antes referencia. El primero es entender la vida como un camino de relación. La vida esta hecha de relaciones y nuestra vida será más rica, cuanto más ricas sean las relaciones que formemos. Y la relación nuclear, que nunca falla y desde la que todas las demás toman sentido, es la relación de amistad con Cristo. El segundo es la fraternidad como forma esencial de vida. Y ser hermanos es descubrir que somos hijos y estamos siendo formados. La vida es esencialmente formación. Cuando descubrimos esto, podemos acoger cualquier circunstancia como una oportunidad para que Cristo, el Hijo de Dios, nos forme según esta filiación. Y esto, no de forma individual y aislada, sino con hermanos, hijos también en formación. El tercer punto es que esta formación consiste en un camino que haga de nosotros personas capaces de amar.

 

El primer día del jubileo, en su encuentro ante cientos de seminaristas reunidos en la basílica de San Pedro, el Papa les daba las gracias «porque se han dejado involucrar por la fascinante aventura de la vocación sacerdotal en un tiempo no fácil». No pedimos al Dueño de la mies muchos sacerdotes. Pedimos al Señor hombres fascinados por la vocación, verdaderos amigos del Señor, servidores de su Pueblo.

Jesús Vidal Chamorro
Obispo de Segovia

Poema

La Virgen y el verano

De Virgen a Virgen
transcurre el verano,
como así lo dice
el refrán serrano;
los mejores días
para irse de campo,
al río o piscina
para darse un baño…

La Virgen del Carmen
abre el calendario,
honrando a la Madre
del Escapulario;

llega la Asunción
y es extraordinario
con gran devoción
vernos celebrarlo…

¡Tierra de María
a España nombraron!
La Madre querida
nos sigue juntando.

José García Velázquez

Juntos

Hoja parroquial de edición mensual

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